transformar silenciosamente nuestro pensamiento, puede detenerlo, sosegarlo y
dejar espacio al silencio. Espacio de suave vacío que permite nutrirse de vibración nueva en el silencio.
Tan sólo una ráfaga de Luz-Color puede fundir
el temor en clara y precisa comprensión, puede fundir la duda en firme creación
consciente, puede fundir el ego en olvido de si reencontrando el valor real de
lo verdadero y esencial.
Tan sólo una ráfaga de Luz-Color permite
disfrutar el instante único, única oportunidad de integrarse en la consciencia
del presente. Presente eterno infinito e ilimitado en la nada del todo del
instante único.
Tan sólo una ráfaga de Luz-Color alcanza lo
aparentemente inalcanzable e imposible. Impasible transciende la forma y la
cubre con su manto de seguridad implacable.
Tan sólo una ráfaga de Luz-Color mueve y
desmorona montañas petrificadas en apegos y recuerdos. Desaparecen sin
necesidad de valoración alguna. Creencias y expectativas se difuminan de tal
forma que el olvido las borra suavemente con ternura de agradecimiento.