son también tiempo de aprendizaje, tiempo para asumir, aprender e intentar no
repetir. Tiempo de descanso no quiere decir no hacer nada, tampoco quiere decir
hacer todo aquello que no nos hemos permitido hacer a lo largo del año y mucho
menos cansarnos en actividades que no nos aportan descanso interior.
Las vacaciones nos ofrecen, en un descanso
agradable, tiempo para escucharnos, poner en orden nuestra vida
cotidiana y tomar decisiones acertadas para continuar los meses
siguientes de forma más completa.
Las vacaciones este año, para una gran mayoría se
terminaron y, la cotidianidad con su orden y organización nos trae la
posibilidad de recuperar, en el día a día, aquellas actividades que nos
permitieron disfrutar. 24 horas cada día son muchas horas, descontemos el
trabajo y el dormir y seguro que nos quedan algunas más. Esas horas son muy
importantes, nos ofrecen la posibilidad de organizarlas bien para poder recuperar
momentos y actividades que nos permitan sentirnos vivos, compensando así el
trabajo obligatorio de cada día.
No es bueno esperar las vacaciones como algo
necesario e imprescindible para poder continuar y sobrellevar una vida agobiada.
Podemos, si nos sabemos organizar bien, encontrar tiempo libre para disfrutar
de ser nosotros mismos sin dejar de realizar nuestras responsabilidades y sin
dejar de ejercer nuestras profesiones.
Si nuestra
actitud es positiva y sabemos encontrar diariamente esos tiempos que nos
permiten sentirnos vivos, ya no serán tan necesarias las vacaciones. Si así lo vamos haciendo, un día de pronto sentimos que disfrutamos tanto en las obligaciones como en nuestro tiempo libre, esto nos permite sentirnos en paz.