Los tiempos han cambiado, lo sabemos y, aunque tengamos una sensación de que nada cambia siento que inconscientemente más allá de una quietud aparente desilusionada, vivimos una revolución silenciosa.
En el fondo todos creemos conocer la fórmula para cambiar y mejorar la vida aunque en realidad solo sepamos lo que no funciona, lo que no hay que hacer y por supuesto no seguir repitiendo, porque no es ético.
Esto último, en el fondo y en la forma, es bueno ya que conocer y ser conscientes de lo que debe mejorar es imprescindible para hacer un cambio a mejor. Si nos ponemos manos a la obra y nos dedicamos individualmente a mejorar en nuestra compleja vida personal todas aquellas acciones que no creemos éticas, inconscientemente ya estamos inmersos en una pequeña revolución. Una revolución silenciosa e inconsciente ya que los cambios que buscamos y pedimos todavía no son apenas visibles. El paso del tiempo siempre ha sido necesario para ver realmente los cambios que día a día se fueron generando hasta ser reales y sobre todo porque se producían en una gran mayoría de personas.
Escultura … 56ª Bienal de Venecia 2015
Hace ya unos años que los movimientos sociales se pusieron en marcha, las personas se agruparon, se comunicaron en diferentes lenguajes, se expresaron en conceptos e ideas conjuntas apoyados entre miradas cómplices y sentimientos similares. Hoy nos parece más próximo el dialogo y la libertad de expresión, creencias e ideas o al menos se avanza hacia ese objetivo.
Todavía no se sabe si pesa más el deseo o la buena voluntad de que así sea o si será suficiente el deseo y la buena voluntad.
Creo que no, creo que la revolución silenciosa a la que me refería viene dada en nuestra actitud personal, solitaria e individual, en nuestra comunicación interna de conocernos bien sin trampas ni mentiras, comprendiendo exactamente lo que podemos mejorar personalmente. Y siento que la revolución será un hecho cuando una gran mayoría social haya cambiado individualmente, viviendo de una forma pacífica y respetuosa.
Esculturas de Jaume Plensa 56ª Bienal de Venecia 2015
Hoy se necesita este cambio y se busca más que nunca, muchas personas despiertas estamos haciendo que sea algo natural, sin batallas, sin demostraciones, sin esfuerzo y en diálogo.
Esperemos el paso del tiempo para contar al mundo la realidad de una revolución social, un movimiento social colectivo con nombre y apellido, que logre ser más autentico y consecuente, más creativo, consciente y espiritual.
Los tiempos están cambiando, la sociedad también porque nosotros estamos cambiando, la revolución no tiene nombre todavía pero nosotros podemos ser los protagonistas silenciosos y osados que lo dirigen.
Es tiempo de cambiar sin lugar a dudas y es bueno que lo hagamos conscientemente.