Aceptar la vibración del Color-Luz en la vida

No es lo mismo aceptar que estamos cambiando,
que aceptar que ya hemos cambiado, o que tan sólo queremos cambiar.

 

No es lo mismo aceptar que estamos de paso en
esta vida que aceptar diariamente el paso de la vida.

No es lo mismo aceptar que venimos a la vida
para aprender y evolucionar que aceptar el aprendizaje diario de la vida, sea
el que sea.

 

Es fácil decir y explicar que venimos a la vida
para aprender y afirmar que es necesario para nuestro proceso de evolución. En
cambio cuán difícil resulta a veces vivir en armonía, circunstancias que no
esperamos o nos incomodan.

 

No es lo mismo aceptar que la vida tiene color,
a aceptar que el color forma parte de la vida.
El color forma parte del aprendizaje de la
vida, de nuestra vida, y no basta con saber que la vida tiene color. No basta
utilizar el color como una herramienta más, tan cotidiana y aparentemente
normal como para no valorarla lo suficiente. El Color, como lenguaje de la Luz, inunda nuestras células de
vibraciones elevadas si somos conscientes, es decir, si nos detenemos y observamos,
si disfrutamos del instante que la vida nos ofrece, si sentimos la belleza de
las pequeñas cosas, si respiramos la vida… Nos inflama armonía, alegría,
confianza, silencio, fuerza, discernimiento, calma y sobre todo nos permite dar
gracias por estar vivos.
Aprovechar la oportunidad de ser consciente de
la frecuencia del color en nuestra vida, nos permite vivirla con una nueva
actitud. Una nueva actitud, que nos permite aceptarnos tal cual estamos y sobre
todo tal cual somos. Nos permite aprender de la vida sin preguntas ni porqués,
nos permite aceptar que estamos de paso en la vida para vivirla intensamente
sin que nada de nuestro alrededor nos afecte. Nos permite aceptar todo lo que
nos rodea y a todos los que nos rodean, nos permite aceptar nuestro propio
cambio con sinceridad y firmeza. Nos permite aceptar… Aceptar no es claudicar, aceptar no es conformarse,
aceptar no es decir lo acepto desde la razón o la lógica del momento, aceptar
no es algo vago, indefinido, no es una posibilidad en el tiempo en el que se
está produciendo…. Aceptar es abrazar la
realidad sin razonarla, sin quejas, sin comparaciones, sin expectativas
, conlleva una actitud abierta y dispuesta a
vivir lo que la vida nos ofrece diariamente aportando lo mejor de nosotros.

Aceptar plenamente es, sentir una
realidad diferente a la que teníamos,  sentir la diferencia tan grande de lo que tenemos
con lo que realmente somos.

 

No es lo mismo tener miedo a ser miedo, no es
lo mismo tener tristeza o enfado a ser tristeza o enfado. Sentir profundamente
esa diferencia nos permite SER y que nada interrumpa nuestro proceso, ya que la
Luz nos guía y, la Luz es color y, el color es sonido.

 

Actitud clave para vivir, aprender, comprender,
cambiar, disfrutar de armonía y serenidad… para ser uno mismo realmente.

 

No olvidemos que el color es LUZ y la Luz es increíblemente creativa, eficaz,
conveniente, especial y diferente para cada ser humano. Tan completa en si
misma que nos ofrece a través del color una forma cotidiana y sencilla para
poder ayudarnos casi en silencio, sin llamar la atención, sin etiquetas
llamativas… simplemente proporcionándonos todo aquello que necesitamos de una
forma fácil y cercana.

 

Desde la
LUZ todo es posible, su vibración y frecuencia difuminada en mil colores y
formas nos permite a través de su belleza exterior aceptarnos profundamente
descubriendo una nueva mirada, una nueva visión y actitud ante la vida.

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